jueves, 5 de septiembre de 2013

"Jinetes de las nubes"

[Antes de leer este relato breve/fic te recomiendo que escuches esta canción, pues está inspirada en ella]



Hace siete años, parece que fue ayer.

"Hey, ¿qué tal? - pausa - No, es solo que... hace tiempo que no nos vemos... - pausa - ¿No te gustaría dar una vuelta? Da la casualidad que estoy en Shibuya... - pausa- Ah... Ya veo.. No te preocupes... - pausa - Sí... que te vaya bien a ti también... - pausa - Hasta siempre. - pi pi piiii."

Hace siete años, parece que fue ayer, ¿aún lo recuerdas? Un día, al fin tuve el valor suficiente de confesarme a ti. Nunca olvidaré aquella sonrisa y la forma en la que tus ojos me miraban... Fue tan especial... ¿Lo recuerdas?

Tras esto comenzamos a salir. Yo te contaba mis sueños, tú los tuyos. Tomados de las manos por las calles de Shibuya... Tu sueño era ser una gran pintora, el mío correr más que nadie en este mundo... Supongo que corrí demasiado... Tanto que te dejé atrás... ¿Aún lo recuerdas? Yo escogí un cuaderno de dibujo para tí y tú unas deportivas para mí... Alcanzaríamos nuestros sueños juntos... Si estábamos los dos, no habría nada que se nos resistiera... Queríamos estar tan alto como aquellas nubes que nos veían desde el cielo azul... ¿Qué nos pasó?

Camino por estas calles atestadas de gente y los recuerdos siguen fluyendo... ¿Lo olvidaste? Tuve que irme, para alcanzar mis sueños... pero, te prometí que volvería... Tardé demasiado... ¿Me olvidaste? Seguramente...

Entonces me di cuenta de algo... Mis sueños no eran nada si tú no estabas en ellos... Solo quería correr para alcanzarte... Pero tomé la dirección equivocada... ¿Qué podría hacer? Las lágrimas corren por mis mejillas, esta no es otra simple historia... Ojalá pudiera volver a aquella época. Cierro los ojos y sonrío bajo las lágrimas al verte... Es una ilusión... Una frágil ilusión, pero aun así es hermosa...

No, por favor, no te alejes...

Te amo... Te amo...

Y... ¿Y si alcanzara aquellas nubes que tanto te gustaba dibujar? Solo debo tomar carrerilla para impulsarme y entonces... ¿Me recordarás?

Aquí estás, a mi lado... Es una dulce ilusión... Ahora volamos juntos... Ahora somos jinetes de las nubes...

Hasta siempre.

miércoles, 17 de abril de 2013

Melancolía esperanzadora [Spamano]


Era una tarde soleada, aunque triste. La naturaleza parecía estar alegre, sin embargo sentía la hermosa escena que contemplaba vacía, faltaba algo... o más bien, faltaba alguien. Añoraba escuchar la risa imprevista de aquel pequeño al ser sorprendido por una rápida ardilla, o sus insistentes lloros pidiendo comida solo para llamar su atención.

Romano ya no estaba. Pero era así como debía ser. ¿No había sido él mismo quien le abandonara en aquella casa vacía de personas pero llena de sentimientos para ir a explorar el mundo y luchar contra otros países? Se decía a sí mismo que todo lo había hecho por su bien... pero en el fondo sabía que había sido muy egoísta.

Todo era diferente ahora a aquella época, incluso él mismo. Ya nadie venía a recibirle cuando regresaba de algún viaje, ni le despertaba de aquella forma tan peculiar que tenía el pequeño... Ahora valoraba y añoraba aquellos momentos, y se fustigaba a sí mismo por haber sido tan estúpido de no haber aprovechado mejor el tiempo que tenían, porque sí, en su interior siempre había sabido que Romano terminaría marchándose de su lado, como todos los demás aunque con él fuera distinto.

Era normal que el chico quisiera expandir sus fronteras más allá de aquella casa que había sido su hogar pero también su cárcel, a él mismo le había ocurrido y por eso había peleado innumerables veces con el abuelo Roma... pero ahora se sentía vacío, sin él.
Nada podía hacer por retenerlo a su lado, ni debía, no quería que él le odiara. Podía soportar el odio de cualquier otro, pero de él precisamente no. Y sabía que estaría bien, tenía a sus hermanos con él y juntos llegarían muy lejos.

¿A él? A él ya no le quedaba nada. Se había quedado anclado en una época pasada, y allí también, junto a sus ambiciones, había dejado la felicidad que no había sabido valorar en su momento.

Suspiró. De nada servía pensar en todo aquello mientras hacía los claveles con sus propias manos. Solo se hundía cada vez más. Aunque no, no lloraría. España nunca lloraba, no le estaba permitido. En ese aspecto siempre le había regañado Francis, por no mostrar sus sentimientos a los demás.

Pero, ¿de qué servía mostrar tu debilidad? Para lo mismo que servían todos aquellos negros pensamientos que inundaban su mente.

Dejó la flor de papel que estaba haciendo a un lado. Debía hacer algo más que le distrajera lo suficiente y que le animara, pero en ese preciso momento pegaron a la puerta. ¿Quién sería el que venía a esas horas a punto de anochecer a visitarle? Por si acaso, se preparó para lo peor. Quizás fuera Inglaterra buscando bronca, o cualquier otro con el mismo propósito, aunque estaban en tiempos de paz.

Abrió la puerta, receloso, pero en cuanto vio de quién se trataba, una sonrisa simple pero cariñosa se instaló en sus labios.

Era un rayo de esperanza.

Aclaración: ¿Qué es un fic?


Antes de nada me gustaría hacer una pequeña aclaración sobre los fics. Los fics son unas historias que escriben los fans de alguna serie, novela, película… ya bien sea aportando un punto de vista distinto de la historia original o solo manteniendo los mismos personajes o historia y cambiando completamente el resto.

Puesto que los fics utilizan personajes ya creados, no puedo reclamar derechos sobre ellos, los personajes que supongo utilizaré ya pertenecen a otros autores, así que simplemente los utilizaré como desahogo literario y si a sus propios autores les molesta, no tendré problema alguno en retirar estas pequeñas historias.

Normalmente los fics son también historias estructuradas, pero no creo que yo vaya a enlazar una historia como fic, simplemente haré pequeños relatos con lo que me venga a la mente con esos personajes e historias. Solo espero que os guste y no molestar a nadie (además de haber explicado bien este concepto).

Saludos.
Rosa Azul.

domingo, 14 de abril de 2013

Bello amor


"Bello amor que esperaste durante siglos a quien te comprendiera,
solo eres un despojo de alguien que prefirió atravesar tu vida y cortar las alas de tu nacimiento."

¿Y ahora qué vas a hacer, bello amor? Ya nadie te quiere, ni siquiera tu creador.
Dicen que solo traes desdicha, pero, ¿quién sabe sobre tu desgracia?
La soledad te acompaña, pero no es buena amiga.
Oh bello amor que caíste en la profunda telaraña,
ya nadie querrá saber de ti jamás, pues al amor de tus entrañas, no le darán la libertad.
Bello amor, dime, ¿por qué ya nadie te quiere? ¿Por qué estás solo con soledad?
"Porque soy demasiado traicionero, no merezco encontrar la paz."
Pues que sepas que yo te quiero, oh bello amor pasajero, aunque me hayas de dañar.

viernes, 12 de abril de 2013

Prólogo - Contacto


"No sé si las cartas que he escrito lleguen algún día a su verdadero destinatario, o por el contrario, se queden vagando en el espacio infinito sin que lleguen a ser leídas jamás por un ser inteligente. Pero, si estás leyendo esta carta, por favor, reúne las demás, cueste lo que cueste, búscalas, pues no quiero que mi historia pase desapercibida como yo misma era invisible en mi vida humana. Ojala, si estás leyendo esto a tiempo, seas capaz de ayudarme a mí también, pues, a pesar de haber aprendido a amar este planeta, se encuentra en un grave peligro, y no sé si llegará a salvarse de él o no. Todos tienen puestas sus esperanzas en mí, pero no comprenden que yo estoy incluso más perdida que ellos. Por favor, ayúdame a dar a conocer esta historia al mundo, y con ello, posiblemente, puedas salvar también este planeta.
Siento poner tal responsabilidad en tus manos, pero eres mi única esperanza.
Atte. Vangleien"

Me desperté esa mañana con el corazón encogido y el rostro húmedo de las lágrimas que lo habían surcado mientras dormía... O más bien mientras soñaba, que era bastante distinto. Aunque no recordaba claramente aquel sueño; solo una mano temblorosa, más anaranjada de lo normal, y ese sentimiento de tristeza, angustia e impotencia mientras escribía con tinta azul oscura sobre un papel celeste.

Después de aquello, sentía en mi interior que estaba perdiendo a alguien importante para mí, y aún ni siquiera sabía a qué venía toda esa melancolía que parecía estar cargada sobre mis hombros, casi como la que tuvo que soportar el titán Atlas.

Con un largo suspiro, al final decidí, igual que cada día, levantarme de la cama, desayunar, y arreglarme para dirigirme a mi aburrido instituto, para continuar con mi aburrida vida. Pero... fui incapaz de olvidarme de aquello en todo el día.

Llegó de nuevo la noche y, acostada en mi cama, comencé a pensar en aquello que parecía perseguirme... Un nombre vino a mi mente: Vangleien...

Bueno, no merecía la pena pensar demasiado en todo aquello, al fin y al cabo, solo era un simple sueño...

––––––

Una chica acostada en una especie de altar verdoso, la escena bien podría recordar a aquel trágico momento de la película de Disney en la que Blancanieves, después de haber mordido la manzana, yacía muerta en la urna de cristal, rodeada de los llorosos enanitos. Pero había algunas diferencias: aquella muchacha joven no estaba dentro de un bello ataúd de cristal, y mucho menos parecía aquello un velatorio. Solo una anciana se encontraba a su lado, quien la miraba como si así pudiera desentrañar los más profundos pensamientos de la chica.

Poco a poco, algunos rayos comenzaron a iluminar la escena, haciendo el escenario más claro para quien las observaba. Parecían estar en una especie de cabaña, espaciosa y muy elaborada, pero quizás demasiado verde. Un techo alto, de forma cónica, y la única habitación que parecía tener aquel edificio (por llamarlo de alguna forma), formaban aquella estancia sin esquinas. Pero lo más anormal no era eso... Conforme aquellos halos de luz comenzaban a rozar delicadamente la piel de la chica, esta iba adquiriendo un color naranja aterciopelado, con algunas rayas más oscuras, semejante al pelaje de un tigre.

La muchacha yaciente, ya completamente transformada, soltó un leve quejido, como de quien no quiere que suene el despertador y así no tener que levantarse, pero... poco a poco, comenzó a abrir los ojos, estirándose e incorporándose después sobre el improvisado lecho.

Vangleien... susurró la anciana, también distinta a como había estado hacía un momento. Esa palabra alertó a la chica, que miró rápidamente hacia donde provenía aquella voz gutural, y casi como un resorte, saltó asustada hacia atrás, cayendo de la cama.

Se la veía temerosa cual animalillo enjaulado, como si nunca hubiera visto un ser parecido al que compartía la habitación con ella, a pesar de que se veían muy parecidas. La anciana, de pelaje blanco, parecía querer tranquilizarla en un idioma incomprensible con voz gutural. Pero sus esfuerzos fueron vanos, pues la chica volvió a moverse con esa rapidez y salió de la cabaña veloz cual rayo, aunque tropezándose con sus propios pies. Más seres como ella salieron de las cabañas que se encontraban alrededor y, cuando la anciana salió, solo dijo una palabra que ahora sí se entendía claramente: "atrapadla".

Todos se abalanzaron sobre la chica, pero ella consiguió esquivarles, aunque con movimientos muy torpes y nerviosos. La única salida que tenía era hacia el bosque, la selva, o lo que carajo fuera aquello que parecía solo vegetación de múltiples colores vistosos.

Los que la seguían gritaban "¡Vangleien! ¡Vangleien!" como si eso la fuera a detener, pero al cabo de un momento, ya la habían perdido de vista. La chica se había camuflado entre unos arbustos de un color parecido al de su pelaje, con las manos sobre su rostro para no soltar ningún sonido que la delatara, respirando agitadamente.

Cuando dejaron de buscar en su zona, salió de su escondite y se dirigió en la dirección contraria a la que los perseguidores habían tomado.

Al poco llegó a un claro en aquel espeso bosque. Sin duda, era hermoso, parcialmente iluminado por el sol que, ahora que podía mirar al cielo con tranquilidad, se dio cuenta de que o veía doble, o había dos de ellos en el cielo azul.

Escuchó el sonido del agua que al otro lado del claro corría siguiendo el curso de un arroyo. Se acercó rápidamente a él con la intención de usarlo como espejo, pues se notaba muy extraña y era imposible no ser consciente de que algo se movía inconscientemente al final de su espalda y entre sus piernas. No sabía qué la había sorprendido más, si el color violáceo del agua o su propio reflejo sobre ella. ¿Aquello era un hocico? ¿Dónde estaba el rostro que conocía tan bien? ¿Y esos ojos azulones y rasgados? No podía reconocerse a sí misma.

"¡Ryyyyawr!", un fuerte ruido a su espalda la alertó. ¿Ya la habían encontrado...? Ojala hubieran sido aquellos que antes la perseguían, pues, al menos se veían menos amenazadores que aquel ser que se alzaba con un gran número de patas frente a ella.

Un chillido agudo salió de sus labios, completamente en pánico al ver a aquel ser de un color morado oscuro, con grandes tenazas en boca y patas. ¿Se la iba a comer? Parecía tener esa intención, no podía ser... Si lo hubiera sabido...

Se agachó, cubriéndose la cabeza con ambas manos, queriendo hacerse una bola, esperando su final... Encima le iba a facilitar la tarea de metérsela entre esas tenazas con esa postura... Genial... Pero tenía miedo... Un gruñido animal y peligroso se mezcló con un chillido de dolor. ¿Qué estaba pasando? Alzó su mirada y de repente se encontró entre las patas de un gran animal negro, majestuoso a la vez que extraño, fascinante... Aunque no llegaba ni a ser la mitad de la otra criatura.

Una de las garras del lagarto negro se había clavado en el cuello del otro que tenía más parecido a un insecto inmundo, pero rápidamente la criatura herida contraatacó agarrando una de las alas plegadas del pequeño.

Ella desearía con toda su alma aprovechar ese momento para huir y dejar que ambas bestias se matasen entre ellas, pero simplemente no podía. Aquel animal negro (¿un dragón...?) parecía haber ido a rescatarla y un sentimiento como de conexión comenzó a latir en el interior de la pequeña muchacha.

­ No mueras... Sálvame... susurró con voz ahogada, al borde de las lágrimas.

Y como si de un conjuro se tratara, la bestia negra se alzó sobre sus patas traseras, intimidando a su enemigo, que, herido y viendo la imposibilidad de ganar, soltó al otro y optó por una retirada estratégica.

La chica aún estaba muy asustada, veía la herida del animal oscuro y cómo de ella manaba un líquido espeso. Entonces la bestia giró la cabeza y la miró directamente a los ojos, con los suyos verdes esmeralda reluciendo sobre su piel negra... Sin lugar a dudas, una bella criatura...

"Vuelve al poblado", pudo escucharlo claramente, resonando en el eco de su mente, pero el animal no había movido la boca en momento alguno. Quería darle las gracias por haberla salvado, ayudarle con aquella herida, pero estaba clavada al suelo, sin posibilidad de moverse. Solo asintió levemente y el animal, pareciendo satisfecho con eso, volvió a donde parecía pertenecer, aquel bosque de cuento fantástico.

Sin decir nada más, desapareció, abandonándola.

––––––

Esta vez me desperté de golpe, ahogándome pero recordando todo aquel sueño como si lo hubiera vivido directamente sobre mi propia piel.

¡¿Qué coño había sido eso?! ¡Había sido demasiado real para ser un simple sueño! ¿Y quiénes eran aquellos seres? ¿Y Vangleien? ¿Y la especie de bichos mutados esos?

Esa mañana llegué tarde al instituto. Solo me había desesperado sola en la cama sin comprender nada, y luego me entretuve en la ducha intentando quitarme aquel sudor frío que recorría todo mi cuerpo y las imágenes grabadas en mi cabeza.

Tenía que intentar olvidarme de eso y dejar de ser tan fantasiosa, me sentía cansada, ¡pero solo había sido un puto sueño! Entonces, ¿por qué me sentía así? ¿Como si realmente no lo fuera?

Responda a la pregunta, Saphire ¿pregunta? ¿Qué pregunta?

Lo siento, no estaba pendiente...

Deje de estar en las nubes y atienda a la clase.

Odiaba que me regañaran pero también odiaba sentirme perdida. Una de dos, o investigaba sobre la tal Vangleien, o lo consideraba un simple sueño e intentaba olvidarlo... El problema era que los días pasaban, y a pesar de no haber vuelto a soñar algo así, no podía olvidar aquellas escenas que había visto mientras soñaba...

lunes, 8 de abril de 2013

Inicio y explicaciones

Antes de comenzar oficialmente con este blog me gustaría decir que es un proyecto que llevo mucho tiempo deseando, siempre he querido dar a conocer aquello que escribo, pues un escritor no puede llegar a serlo si no tiene lectores. Pero tambien críticos, los cuales acepto y agradezco con los brazos abiertos en todos los sentidos.

También quisiera, llegados a este punto, hacer una advertencia sobre este blog. Está protegido por una licencia de Creative Commons (como podréis ver al final de la página), así que si alguien quiere usar algún texto o parte de mis historias, primero que me pida permiso por favor, muy agradecida se lo daré siempre que remita a la verdadera autora.

Y esta es una de las razones por las que es ahora cuando voy en serio con este blog. Como todo escritor, supongo, siempre he tenido miedo al "plagio", pero ahora me siento algo más protegida en ese sentido y estoy dispuesta a darlo todo.

En un principio este blog se dedicará a un proyecto de novela que tengo en mente: "Sueños imposibles", pero también lo utilizaré para más cosas, porque me conozco y sé que no podré evitar la tentación de postear los arrebatos e inspiraciones sin importancia que me quitan el sueño, pero que puede que entretengan a alguien.

¿Que no he hablado sobre mí? No creo que sea necesario, si alguien quiere preguntar algo o ponerse en contacto conmigo, en la pestaña "Sobre mí" tenéis algunos enlaces en los que podréis hablar, preguntar, curiosear o "fangirlear" conmigo.

Sin más dilación... ¡que la Rosa Azul comience a fantasear!